Era la primavera de 1930 en el barrio de Malasaña en el centro de Madrid. En una de sus calles más concurridas, se alzaba una antigua y sombría farmacia regentada por un hombre llamado Don Luis Ulloa Quiroga. Don Luis, era un farmacéutico respetado y querido por sus clientes, que acudían a él en busca de remedios para sus males. Lo que nadie sabía era que Don Luis tenía un oscuro secreto.
Una producción de Adictivocast